miércoles, 30 de enero de 2008

BUENOS RATOS.


Un niño cuenta al acabar la mañana que ayer, mientras se disponía a dormir, estuvo un rato haciendo posturas raras en la cama, el pino, volteretas y esas cosas. “Claro, como ya me he leído todos mis libros y de clase no nos dejas coger esta semana pues no sabía qué hacer antes de dormir…”. Inmediatamente permití a este y al resto de niños coger libros de clase. La cosa venía por no haber cuidado bien algunos ejemplares, por tener las estanterías descuidadas, y por mostrar un poco de desgana con la actividad lectora. Así planteé que, con tal interés, era mejor dejar unos días de reflexión.

Por la mañana hemos visto dos medias películas: La Princesa Prometida, con sus fantasías, ingredientes de lectura, aventuras, son visión obligada; y Sopa de Ganso. El otro día, mientras hacía mi entrenamiento de cada día y veía esta maravilla de los hermanos Marx, pensé que quizá algunos fragmentos gustarían a los niños, además de que así conocerían este género cinematográfico. Tenía dudas, porque en algunos casos los equívocos, juegos de palabras, dobles sentidos, quizá no estuvieran a su alcance, pero el resultado ha sido impresionante: eliminando algunas partes más lentas, aburridas, o complicadas, les he explicado el argumento, la guerra entre Freedonia y Silvania y han visto más de media hora de película entre risas y sorpresas continuas. Un feliz hallazgo.

Y hoy, por fin, se han conjurado los santos del gremio y hemos tenido una clase maravillosa de Educación Física en segundo ciclo. Ello sumado al placer que supone desarrollar una unidad objeto de trabajo del grupo Pintacoda, supone una sonrisa magnífica al acabar la clase: objetivos claros en cada clase, implicación absoluta de los niños en la actividad, poder observar en la misma sesión los avances de la motricidad hacia unos movimientos intencionales, con una gran riqueza de recursos, con mayor calidad, una gran presencia de trabajo reflexivo y comunicativo. Me explicaré mejor otro día, pero puedo decir que, tras cuatro años de deambular por los caminos confusos de la Educación Física, de probar aquí y allá, por fin siento con estas clases que mejoro cada día, que las sesiones, los contenidos, la materia misma, adquieren sentido, y un gran valor.

Bueno, este texto es de hace tres o cuatro días. Debería tirarlo a la basura. Hoy hemos tenido otro momento en clase mágico, único, maravilloso. Imaginen que…mañana les cuento.

Requeteactualización: al maravilloso momento de la mañana le ha sucedido un momento oscuro, lamentable, asqueroso. La burocracia que me incita a echarme al monte y no volver a oír hablar de la puta administración y su ineptitud. Seguimos acumulando horas perdidas. Cuando el trabajo me hace perder mi preciado tiempo de esta manera realmente me planteo si merece la pena. Menos mal que siempre quedan las mañanas con los niños.