miércoles, 3 de noviembre de 2010

NUEVAS EVIDENCIAS PARA PREPARAR EL APOCALIPSIS.

Hoy he intentado ser buen maestro y buena persona, he dado de comer a un perro terriblemente miedoso (sus palos le habrá costado) que algún tipo primitivo abandonó, he buscado trabajo a la persona con la mirada más bonita del sistema solar, y he construido un comedero para ayudar y observar seres alados en el crudo invierno. También he mirado varias veces al cielo para contemplar la Vía Láctea y he comprado media docena de bellos libros.

Todo iba bien hasta que, incauto de mí, antes de ir a dormir he consultado el periódico El Mundo. Allí es fácil encontrar a personas como don Silvio el italiano.
Dice que prefiere amar a la mozas que ser homosexual, o algo así. Qué quieren que les diga. Muchos siguen negando el fin del mundo inminente, me llaman agorero y cosas peores, pero es incuestionable que la existencia de tipos como este en cargos directivos, al igual que la inclusión de los toreros en el departamento de los escritores, alfareros, y escultores, es una señal inequívoca del apocalipsis más triste y decepcionante que uno puede imaginar. Quién pudiera acabar sus días con una magnífica explosión de una estrella cercana.