miércoles, 26 de octubre de 2005

Sigo siendo un privilegiado. Cada vez más.
Hoy han venido a la escuela Andrés y su hermana, es decir, los gestores del Centro de Interpretación de la Prehistoria de Hecho. Han explicado a los alumnos algunas cosas sobre las distintas etapas prehistóricas y la evolución del hombre. Después los más pequeños han hecho unas bonitas pinturas prehistóricas y los medianos y mayores hemos intentado cazar un ciervo de papel con "azagaya y propulsor" (pueden pasar un buen día con alguna de las actividades culturales que se ofrecen en este centro).
De nuevo ha surgido la problemática de la creación de un parque natural en este valle, del rechazo de sus habitantes. De nuevo surge ese sentimiento de desamparo de las gentes de estas tierras ante la voluntad de la capital del reino: Zaragoza. Tanto cuando no se acuerdan de ellos (casi siempre), como cuando se acuerdan y actúan con total desconsideración (al menos, así lo sienten) hacia los mismos.
Cada momento me siento más ensimismado de comprobar como participan los alumnos en aquellas actividades que consiguen "engancharles", y día a día disfruto más con la tutoría. La relación establecida con los alumnos, situaciones, anécdotas, la posibilidad de ayudarles en tantos ámbitos, ..., hacen de ella algo que no podría conseguir desde únicamente mi parcela de Educación Física.
Además, también he vuelto a confirmar mi pasión frustrada por la biología. Estaría días enteros escuchando a las personas que conocen la naturaleza y son capaces de interpretar todos sus gestos, sus detalles. Por cierto, me he propuesto realizar un modesto herbario en el que trataré de involucrar a los alumnos.
Hoy para acabar, un agradecimiento: cuando uno está empezando una trayectoria, tiene dudas, ilusiones, proyectos, ..., no se puede agradecer suficientemente que un maestro consolidado, con mucho trabajo, y que no me conoce de nada, tras abordarle digitalmente sin mucho que ofrecerle, me brinde su teléfono, su experiencia, y algunas cosas más de las que hablaremos otro día. Espero poder aprender mucho de personas como él. Gracias Mariano.
Mañana creo que contaremos con el bautizo digital de Jaime, nuestro hermano en el exilio.

lunes, 24 de octubre de 2005

Aunque tengo serias dudas de si merece la pena viajar dos horas para mantener una reunión de poco más de una hora, estoy contento porque al fin he conocido a Alfredo Larraz, una persona de referencia para los que estamos intentando comprender el qué y el por qué de la Educación Física. Casi todas las personas que me han aconsejado me han repetido alguna vez que hay que hacer esfuerzos por escuchar, ayudar, estar cerca, ..., de las personas de las que se puede aprender.
La semana pasada comenté a un compañero que me encuentro un poco desbordado por tantas cosas nuevas que me he encontrado al comenzar el curso: trabajo, alumnos, padres, reuniones, compañeros, pueblo, etc. Además, hay una cosa que no sé con demasiada certeza si debo pensarla o no, y es que me parece que sería un poco más rentable desde el punto de vista educativo que sustituyeran algunas reuniones, jornadas de formación, cursos, etc., por un algo de tiempo personal para preparar mis clases y organizar mi trabajo. Entiéndase esto con cuidado, porque supongo que todo tiene su sentido y su momento, pero en mi situación de recién llegado tengo tantos cabos por atar que agradecería poder centrarme más tiempo en las cosas más importantes: las clases.
Y, por otra parte, llevo varios días (sí, realmente años, pero en los últimos días más aún) pensando en el sentido de la Educación Física. Veo a los alumnos en clase y me planteo qué es lo realmente importante para ellos, para su formación. Pienso en el nuevo currículo, que no acabo de encajar en todo este tinglado, en el antiguo currículo, que tampoco conseguí identificar como totalmente coherente. No comprendo aún cuál es la auténtica dimensión de la asignatura, y esto me parece muy preocupante siendo que soy, en mi centro, el principal encargado de defenderla y transmitirla. Espero que el curso me sirva para solucionar este asunto.
Las clases hoy han discurrido no muy bien. También ando en ese punto de dudas en el que no conozco con claridad hasta donde se les puede exigir responsabilidad a estos mozos y hasta donde debo transigir. O hasta donde dar confianza y después tener la autoridad suficiente como para transmitir algunas cosas.
Una confesión para acabar: me cuentan y aseguran que suelo ser demasiado crítico y negativo, aunque no acabo de estar de acuerdo. Trataré de que el martes sea un gran día.

jueves, 20 de octubre de 2005

Quizá este blog no sirva como una referencia muy clara para futuros maestros porque todo el camino andado hasta aquí ha resultado ser casi como la mejor de las previsiones, y supongo que esto no siempre será así.
Tras acabar magisterio, aún sin mucha capacidad de entendimiento y comprensión de la vida, decidí matricularme en la Licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Al acabarla sí que tenía claro que quería ser maestro, y por tanto las oposiciones eran el camino a seguir.
A partir de este momento, tras buscar varios trabajos con los que subsistir, decidimos formar un grupo de trabajo para comenzar a elaborar el temario y preparar las pruebas. Esta fase se resume en dos años de mucho sacrificio y de momentos muy importantes de convivencia que creo han forjado una fuerte amistad. Tengo ahora en la cabeza imágenes como las de dos personas estudiando en el mes de junio, sin ganas ni de mirarse a la cara, con 33º en el cuarto, y aguantando un poco más el estudio para ver si era el otro el que dejaba los apuntes, demostrando así cierta debilidad en su fuerza de voluntad, además de tener que ir a hacer la cena. Y tantas otras... (el torero, el día que Jaime preparó el hatillo para irse de casa, Policarpo, el día que aprendí a jugar al siete y medio y gané una cena aún no cobrada, las dos tabletas de chocolate de las que nunca más se supo, ...).
El primer año nos presentamos a las oposiciones de secundaria y del golpe sufrido aún estoy dando vueltas. Creo que fueron las oposiciones en su pura esencia: año de estudio, suerte en el sorteo, dos temas que yo había preparado, redacción y lectura buena: No Apto, No Explicación.
Segundo año, oposiciones de primaria, trabajo en un colegio concertado (La Anunciata de Zaragoza, en el que tantas cosas aprendí, y a cuyos profesores y alumnos tantos agradecimientos debo), más ansiedad pero mayores dosis de escepticismo, mejor preparación: Aprobado.
La experiencia de la oposición es algo curiosísimo. Yo lo recuerdo como esos momentos especiales de los que guardas en la memoria gran cantidad de detalles: gestos, situaciones, sensaciones, y en el que hay tal cantidad de personas, procedimientos, cosas en juego, reglas de juego, consecuencias, ..., que no acabas de entender muy bien nada de lo que está pasando realmente. Este tema merecerá un artículo específico...
Y todo lo anterior para finalmente poder estar escribiendo estas líneas desde Ansó, pensando a la vez qué voy a hacer mañana en clase, donde volveré a encontrarme con Diego, Guillermo, Andrea, Sergio, ...

miércoles, 19 de octubre de 2005

"Para los que emplean palabras simples, para los que no se doblan ante el que manda, para los hombres y las mujeres de las sierras ásperas de España, que han vivido siempre sin reclamar nada, para quienes no piden nada y sólo solicitan un poco más si hablan de amor, para los que ignoran al estado y temen los inviernos largos, para los que , como Sísifo en su condena, han pasado la vida moviendo las piedras en las montañas, ...". Así comienza el libro "José, un Hombre de los Pirineos" de Severino Pallaruelo, donde creo haber aprendido mucho sobre la vida, sobre lo importante, sobre la sencillez, y que da pie al título, y al sentido, de este diario.

Con estas palabras comienza el camino de lo que espero sea un lugar donde reflexionar y poder explicar a quien interese algunas de las circunstancias más especiales de mi recién comenzada vida como maestro.

Si todo va bien, también espero que la amistad que inicié hace ya 7 años (!!!) con Jaime tenga un nuevo punto de encuentro en este espacio. El tandem que hemos formado en los dos últimos años de estudio y convivencia se cerró este año al ser destinado él a Cataluña y yo al Pirineo Aragonés. El escribir los dos puede suponer un contrapunto interesante entre dos entornos educativos tan distintos como el de un pueblo industrial catalán y un colegio de un CRA en un pueblecito aragonés, además de ayudarnos a mantener nuestra comunicación en la distancia.

Si finalmente hay algún estudiante al otro lado, esperamos que podamos serles de la mayor utilidad posible, acercándoles la realidad educativa hasta sus clases de la universidad, donde a muchos nos gustaría poder volver ahora para sacar mayor provecho a esas asignaturas, momentos, profesores, ..., cuyo sentido no comprendimos bien en su día.