domingo, 26 de enero de 2014

LA VIDA EN LA ÓRBITA DE UN ESCUPITAJO.

Hace unos cuantos años escribí sobre dos niños que se acercaron a unos patos que nadaban tranquilos en un lago y comenzaron a gritarles insultos variados: "¡patos inútiles, mierda de patos!". El suceso, una mota de polvo en el Universo humano de ignorancia y sinrazón, me conmocionó y estuve mucho tiempo pensando qué demonios tenían esos niños en sus cabezas para actuar de semejante modo: qué cantidad de ignorancia, cuánta de mala leche y odio, o simplemente cuánta falta de respeto.

Ayer paseaba por el mismo parque, por el mismo lago, y allí estaban los mismos patos. Realmente hay mucho más, pues en general el sitio les resulta tranquilo, ajenos a depredadores tan sólo deben lidiar con niños, algún perro y los inoportunos vaciados del lago (que muchos años han coincidido con el período de cría). Seguramente tenía frente a mí a alguno de los ejemplares sufridores de la anécdota inicial junto a algunos de sus descendientes. Mientras el perro Tastavín escaneaba el grado de receptividad sexual de las perras del barrio, yo miraba con calma a las seis o siete parejas de ánades reales acicalarse el plumaje, perseguirse, despegar del agua y aterrizar (no entiendo por qué la RAE no deja amerizar a los patos, pero sí a los hidroaviones y a los aparatos astronaúticos) con absoluto control. En estas andábamos cuando aparecieron en la escena dos niños, uno agarrado de la mano de un hipotético padre y el otro suelto. Ambos tenían en torno a nueve o diez años. Como algunas personas les dan comida de vez en cuando, los patos suelen acercarse un poco cuando alguien se acerca al borde del agua. Así, ocho o diez patos se aproximaban a los tres humanos cuando uno de los pequeños cogió fuerzas y les lanzo un soberbio escupitajo. El típico trueno de los tebeos me atravesó el espíritu y no pude reprimir un grito hacia los tres, indicándoles si estaban locos y si no sabían lo que era el respeto. El adulto se quedó bastante sorprendido y apenas balbuceó un "ahora iba a decirle algo".

Una anécdota en el conjunto de miles. Seguro que ayer mismo ocurrirían otras en el mismo lugar, con los mismos patos como protagonistas. Seguro que ayer mismo fueron escupidos, pisados, decapitados, tiroteados, colgados, maltratados... decenas de patos, de sapos, de zorros, de galgos, de aves... y de cualquier bicho viviente que se cruza con nuestra retorcida especie, ignorante, llena de paradojas y contradicciones. No deja de ser curioso que señalemos precisamente la moral como uno de los principales elementos que nos diferencia de los (demás) animales y estemos llenos de conductas inmorales ante el resto de especies. Probablemente no sea la moralidad, sí la inmoralidad, la gran diferencia. Apenas hay que echar un vistazo alrededor.

Me pregunto, desviación profesional, cómo tratará ese niño a sus compañeros de clase, a sus maestros, cómo resolverá sus conflictos. Cómo educará ese padre a su hijo, qué enseñanzas considerará de valor para él, cómo entenderá el trabajo de los maestros, ¿pensará que la escuela es un lugar importante para su hijo?. ¿Qué hará ese niño en conocimiento del medio en la escuela? ¿Saldrán los ánades reales de mi lago en su libro y el maestro le ayudará a conocerlos?

Afortunadamente los patos no han dado demasiada importancia al hecho y siguen su vida de patos, con sus parejas, sus inmersiones, y sus pensamientos ya centrados en el inminente período de cortejo y procreación. Sean patos o no, que tengan una buena semana.

domingo, 19 de enero de 2014

EL ARTE DEL TOREO (BIC, VIVA ESPAÑA): SUERTE DE PICADORES.

El picador está al llegar; además, llueve.

Desde que conocí a Profesor en la Secundaria he tenido la suerte de disfrutar de su pensamiento elaborado, con el que siento enorme sintonía; también creo que compartimos un sentimiento similar (¿complejidad?, ¿desconcierto?, ¿desasosiego?, ...) ante la vida. Firmaría muy gustosamente su última entrada.

A Entrenómadas también la conocí hace ya un buen montón de años. Allí he podido descubrir joyas poéticas, sensibilidad ante las injusticias variadas de nuestro tiempo y una actitud valiente y decidida para afrontarlas. Lo último que debo agradecerle es escribir sobre el poeta Iván Rafael y su página Voz de Tiza. Pueden disfrutar de poemas tan certeros y profundos como Somos tontos, Y así con todo, Un poema no sirve para nada,  o Terroristas. También podemos ver reflejado nuestro mundo de ego y vanidad en La conjugación del verbo yo:

Presente de indicativo:
Yo soy
Yo eres
Yo es
Yo somos
Yo sois
Yo son

Afronto en la escuela, también fuera de ella (serán unos días animados), una semana abrumadoramente difícil. Tras casi diez años de intentar ser maestro, hace unos días, tras distintas desavenencias, por primera vez me entregaron por escrito una serie de imposiciones que atentan contra la más básica razón escolar. Un defecto o virtud personal, según quién valore o cuándo se analice, consiste en mi incapacidad genética para aceptar condiciones que considero claramente injustas. En consecuencia, me negué a aceptarlas y me seguiré negando en los siguientes pasos por los que el proceso me lleve. Ahora mismo, tras acabar estas líneas, comenzaré otras para intentar justificar mi posición. Estoy profundamente convencido de mis razones, pero también muy inseguro: la escuela no es un buen lugar para confiar en lo razonable, en lo pedagógico y en lo real. Más bien es un barco gigante que zozobra a merced de maestros preocupados por trabajar cada día un poco menos, o de personas con poder de decisión que piensan en toda suerte de circunstancias con una excepción, los niños, obsesionadas hasta lo patológico con generar papeles y papeles que no sirven para absolutamente nada, más allá de amargar la vida y desgastar a los maestros. Desconozco a qué tipo de penalizaciones o problemas me enfrento. Será una buena opción para analizar hasta qué punto el sistema se rige en base a preceptos que se justifican por su propia naturaleza normativa, aún en los casos más flagrantes de lejanía respecto a lo razonable y justo. Que tengan una buena y aceptablemente animada semana.

martes, 14 de enero de 2014

GEORGE HERIOT'S SCHOOL.



Es bonito pasear por una ciudad donde existen escuelas de primaria con cuatrocientos años de antigüedad (a pesar de ser un centro elitista en la actualidad, tuvo su germen en una escuela para huérfanos), escuelas que inspiran libros, universidades donde se teoriza sobre partículas subatómicas desconocidas hasta entonces y que conducen hasta el Premio Nobel, salas donde David Hume indagaba entre pensamientos empiristas que al cabo de los siglos trataríamos de comprender muchos estudiantes aturullados, facultades donde estudiaba el mismísimo Charles Darwin, o donde se dieron los primeros pasos en la clonación de mamíferos como la oveja Dolly.

La historia acumulada, los prestigiosos personajes, el valor arquitectónico de los edificios... suponen un buen punto de partida para elucubrar sobre la importancia que se dará en lugares como este al conocimiento. No me imagino a un ministro capaz de ningunear las humanidades teniendo al lado la facultad de filosofía donde se gestó buena parte del empirismo, o al mismo proponiendo recortes mortales para la investigación científica pudiendo leer en bibliotecas donde lo hizo previamente Darwin. Aunque, por otra parte, en nuestra historia no faltan numerosos científicos y pensadores de prestigio internacional. 

¿Cómo se siembra y se desarrolla la semilla de una sociedad que valore el pensamiento y el conocimiento?

jueves, 9 de enero de 2014

LA GARZA DEL NORTE.


La garza estaba en el puerto a la espera. De hecho es una gran especialista en esperar, una profesional de la paciencia. Seguramente la reiterada generosidad de algún pescador había conseguido vencer finalmente el carácter muy cauteloso de esta belleza alada. Hacía frío, anochecía, pero la garza esperaba paciente y solitaria.

La mejor forma, al menos una muy buena, para valorar nuestra fortuna consiste en sufrir su ausencia. Seguramente por esta razón la soledad es una gran experiencia para valorar con justicia la compañía de las personas, la suerte del afecto, de las relaciones cercanas y generosas. La soledad también ayuda a que las ideas surjan con una intensidad especial, a escucharlas más detenidamente, a poder pensar mejor los propios pensamientos.

Este tipo de cosas me rondaban por la cabeza mientras observaba a la garza. Ahora estará durmiendo en el puerto, seguirá haciendo frío y probablemente lloviendo, ella seguirá esperando ajena a nuestra ausencia y a la mayor parte de los asuntos importantemente humanos. Todo sigue sucediendo al margen de nuestra presencia; en ocasiones llegamos a creer que el mundo deja de suceder cuando ya no estamos presentes. La garza ni siquiera sabrá de Montoro o Gallardón, con las patas a remojo simplemente esperará paciente un nuevo amanecer para comenzar con su jornada. Quizá alguien  la fotografíe entonces y escriba al día siguiente sobre su morfología, o sobre la política europea.

Un gran abrazo para mis compañeros de ese día que para mí no fue de soledad, sino de la mejor compañía.