viernes, 27 de julio de 2007

UNA HISTORIA DE AMOR


Empezó hace treinta y nueve días. Él apenas acababa de nacer. Apareció bajo unos sacos sucios en el lavadero. Al estilo de Grenouille. Comida frecuente y abundante, botes con agua caliente, algunas caricias. Incluso larvas de mosquito cuando creció.

Cuando cumplió el mes ya se sentía mayor. Comprendía que debía vivir su propia vida, y no deseaba ser una carga para su padre.

Llegada su quinta semana convirtió algunos torpes aleteos en un volar brillante, rápido, adornado con imposibles giros y un precioso planear, ganó una altura inimaginable y se alejó para siempre. Lo que se planteaba como un entrenamiento de veinte metros fue la despedida. Este pajarico estará pronto en África. Peñarroya, África. Ajeno a los ladrillos, la Expo, y la operación malaya, pronto nos sobrevolará sin comprender las complicaciones que los humanos nos buscamos y las acciones tan incomprensibles que llevamos a cabo. Afortunado.

Miren estos días el cielo. Siempre merece la pena.