viernes, 24 de abril de 2009

VUELOS HIPNÓTICOS.

Existe un lugar donde, tras quince minutos de pedaleo y una breve escalada, es posible apartarse de la ciudad, contemplar un horizonte limpio, escuchar decenas de aves afanadas en la tarea reproductora, y encontrarse con el silencio de la mera contemplación. También permite el asombro de sentir como ruido de fondo el murmullo metálico que surge de la urbe y en el que diariamente estamos inmersos. Y allí colgado, mecido por el vuelo de unos y otros, van pasando los minutos y las horas.

Tres imágenes para el fin de semana:

El humilde gorrión
El soberbio, y aún lejano, halcón

Y la belleza de la amapola

4 comentarios:

Joselu dijo...

Mi hermano me habla siempre de los Galachos de Juslibol como de una pequeña maravilla en las cercanías de Zaragoza. No sé por qué he pensado en ellos al leer tu entrada.

Anónimo dijo...

Acertaste, sin duda¡¡¡

Anónimo dijo...

Pensaba que el chico de las "palabras sencillas" habia desaparecido para siempre, sin dejar rastro. Pero gracias a un buen amigo te he vuelto a encontrar, ya tenia ganas de volver a leerte aunque a veces tu pesimismo sea atroz.
Un viejo compañero de las montañas.

Kikiricabra dijo...

Joselu, como ha escrito el primer anónimo, acertaste. Los Galachos de Juslibol representan el paraíso más cercano para los que estamos y nos sentimos encerrados en la infernal urbe. Si algún día quieres conocerlos, puedes contar con un gran guía (el pequeño Azor Tundra estará dispuesto...).

Anónimo segundo, muchas gracias por seguir el rastro. Palabras Sencillas pagó un enfado y una época de gran trabajo y nerviosismo, pero las ganas de escribir permanecen. No es pesimismo atroz. No soy pesimista, creo estar seguro de ello. Me encanta leer eso de "viejo amigo de las montañas". Aún hay personas que se ríen cuando me nombro como ansotano. Ignorantes...

Salud para los tres.

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