viernes, 12 de mayo de 2006

NOSEMEOCURRETITULOJAIME

Las siguientes sesiones de orientación siguen siendo magníficas. Hoy merecía la pena estar en el pueblo y ver correr a las parejas, parar y discutir sobre el lugar hacia el que dirigirse, volver a mirar el mapa, seguir corriendo. Todo ello con los abuelos que tomaban el sol totalmente sorprendidos y curiosos por las razones que moverían a todos los zagales a correr como locos en mil y una direcciones.

Peñarroya de Tastavins es, por fin, el destino definitivo. Parece que hubo algunos problemas informáticos y hasta hoy no se han confirmado los destinos. Me voy haciendo a la idea de tener que perseguir cabras por el monte en vez de osos, de aprender el idioma de mi hermano catalán, y, sobre todo, claro está, de cambiar de alumnos.

Mañana acudimos al Ayuntamiento de Ansó, para que el alcalde enseñe a los alumnos algunas cosas importantes sobre su pueblo, y, de paso, aprovecharé para engañar a su tan dispersa atención en este último trimestre.

El lunes salimos de viaje de fin de curso, junto a todos los niños del CRA, hacia Santander. Mi experiencias en estas salidas siempre han sido buenas, y he disfrutado muchísimo junto a los alumnos con los que he viajado. De cualquier modo, viajaremos desde Ansó con niños con edades que van de los 6 a los 11 años, por lo que convivencia que puede surgir con tal variedad de edades supongo que será bonita para todos ellos.

Ser maestro ha consistido este año para mí en acompañar a los alumnos a través de muchas experiencias que van viviendo a medida que crecen: descubrimientos sobre ciencia, lecturas, excursiones, juegos callejeros, amigos, ...

miércoles, 10 de mayo de 2006

PARA NO PERDER EL RUMBO: ORIENTACIÓN.

Hoy en la escuela hemos comenzado a hacer orientación. Lo he hecho con mi clase de 3º, 4º y 5º, y con los pequeños de 1º y 2º. Anteriormente había preparado lo mejor posible unos mapas conseguidos en el ayuntamiento y organizado unos cuantos "puntos de control" por el pueblo.
Ha sido una de las actividades que más contento y feliz me ha hecho sentirme este curso. Los chicos han estado corriendo sin para durante treinta minutos, han interpretado un mapa y unas señales de una gran complejidad, han trabajado en equipo en el sentido real de la expresión, y, además, han acabado preguntando inquietos si podríamos volver a realizarlo. Incluso con los pequeños, algún niño de 6 años ha hecho alguna cosa que me ha dejado perplejo. Por supuesto, cuando descubrían las balizas era toda una gran alegría y una recompensa a su esfuerzo.
Con asuntos como este, y con los de la otra cara de la moneda (los que no funcionan), sigo constatando que casi el 100% del éxito de esta misión depende del profesor, de su capacidad y conocimientos, pero también, y especialmente, de sus ganas de hacer cosas. Y es aquí donde aún no lo tengo claro. ¿Por qué nadie me ha dicho aún en este primer curso de aprendizaje cuánto tiempo debo dedicar a mi trabajo cada día?. El límite legal está claro, pero sigo sin aclarar el límite ético. En todo caso, hace meses que me acompaña la sensación de que siempre podría tener las clases mejor preparadas, programar más y mejor nuevas actividades, etc. ¿Alguien puede aclararme a partir de qué punto puedo dormir con la conciencia tranquila (aún sabiendo que podría haber trabajado más)?.

viernes, 5 de mayo de 2006

ES POR LA MAÑANA Y ES PEÑARROYA.

Viernes por la mañana. En mi cabeza asuntos de programación, de objetivos, de metodología, selección de contenidos, taxonomías, psicología evolutiva, currículos, sesiones de ajuste, y cansancio. Enfrente la clase de 1º y 2º de Primaria. Últimos minutos de la sesión, y es entonces cuando la pequeña bruja me pregunta: Pero, José Luis, ¿ahora es por la mañana o por la tarde?. Bajo a la tierra, le indico que ahora es hora de comer, recogemos y nos vamos a hacer las lentejas.

Destino definitivo: Peñarroya de Tastavins. Todos me habían indicado que era posible que el destino provisional variase, pero nunca a peor, y resulta que he empeorado cuatro posiciones: de la 157 a la 161. Puestos a marchar de Ansó me consolaba acabar en Cretas, pueblo de mi hermano catalán, puesto que tenía así asegurado el suministro de aceite, vivienda y pastas secas. Además de los fértiles encuentros que el fin de semana tendríamos. En todo caso, sólo me alejo unos 20 Km. y espero que lleguen allí también las ayudas desde Cretas.

En cuanto a sensación que me causó la noticia nada que decir, puesto que ya estaba mentalizado de mi marcha. Me resulta muy curiosa la sensación que tengo desde que me indicaron el destino provisional, puesto que desde entonces observo y analizo Ansó y sus cosas, la escuela y sus alumnos, …, como algo mucho más alejado y ajeno a mí que antes.

La Cerollera, Monroyo, Peñarroya de Tastavíns, Fuentespalda. En cuatro meses nos conocemos.

jueves, 4 de mayo de 2006

ESPINETE

Ayer llevé a la escuela un erizo. Aproveché la ocasión que el animalillo me brindó para poder mostrarles a los alumnos algunas cosas: su perfecta cubierta de pinchos, su carácter, su dieta, su beneficio para el campo, etc. Al acabar la clase quedamos en el frontón para salir al campo a soltarle. Nadie acudió allí, sino que, impacientes, toda la clase me esperaba en la puerta de mi casa para hacer rápidamente nuestra tarea. En el campo le liberamos de unas cuantas garrapatas y le soltamos, tras más de una hora de mirar, tocar, preguntar. Todo un placer junto a mis alumnos.
En las clases todo se está haciendo muy complicado, ya que los últimos puentes hacen que las semanas sean muy atípicas. La próxima semana será la última semana del curso en la que podremos trabajar todos los días.
En cuanto a mi curioso alumno, hoy se ha alegrado de haber comenzado a estudiar historia. Me ha consultado sobre Carlomagno, sobre Pearl Harbor, y sobre por qué los rusos no descubrieron América antes si estaban tan cerca. Finalmente no ha hecho sino reseñar, una vez más, la necesaria formación del maestro en campos variadísimos.

viernes, 28 de abril de 2006

Ayer nos reunimos varios maestros junto a dos inspectores para valorar la marcha del programa de los Tablet PC.
Para mí la reunión se traduce en tener que viajar dos horas de coche para charlar 50' en algo que podía haber realizado en mi casa durante 10'. Me exaspera la capacidad que tenemos los maestros para marear la perdiz y debatir cosas obvias. Jerséis, de nuevo.

En todo caso, sé que sólo veo los problemas de mi Escuela, y que la estadística de todos los centros inmersos en el programa dará a los responsables educativos la visión de conjunto que buscan.

La valoración que hago del programa es muy buena. Faltaba más. No creo que sea necesario decir los beneficios que supone que cada niño de tercer ciclo tenga un ordenador, o que en clase tengamos un cañón (sobre tecnología y niños; el artículo está ya en tercer o cuarto lugar). Pero, por la otra cara, todo se resume en que si baso parte de mi programación en el uso de una tecnología, debo tener unas garantías máximas de su funcionamiento (no fallos de conexión, velocidad de conexión aceptable, recambios disponibles, soporte técnico eficaz, etc.). Y por acá el asunto nos ha fallado.

Por si alguien está interesado, durante el segundo y el tercer trimestre en mi clase los alumnos han trabajado la asignatura de conocimiento del medio de manera 100% "digital", olvidándonos del pobrecico libro de texto (iniciación a los jerséis). El aprendizaje de los alumnos es infinitamente superior en cualquier plano analizado, incluido, evidentemente, el del propio manejo del ordenador y los programas empleados.

Hoy quiero despedirme enviando un gran abrazo a Ignacio. De él una antigua alumna me habló con gran cariño y agradecimiento este verano. Esto es algo que creo que todos, al menos yo, buscamos como maestros. Por eso le nombro, para que tenga una sonrisa al leerlo y para que gane una pizca más de ánimos para guardar en la mochila.

martes, 25 de abril de 2006

Un nuevo martes tras un largo puente. Durante estos últimos años siempre ha habido varios temas recurrentes de los que discutía con Jaime o con otros compañeros. Estos temas solían partir de visiones inocentes de los problemas, pero aún hay algunos temas de los que aún puedo mantener un discurso parecido al de hace bastante tiempo.

Uno de estos asuntos se refiere a la formación del profesorado. Pero no a la formación oficial, sino a la personal. Y para no hablar demasiado, simplemente traigo aquí unas palabras leídas en el artículo de Javier Lacueva en el Heraldo Escolar: “la Real Provisión de 1771 recogía, entre otros aspectos, la necesidad de que el maestro poseyera un certificado de buena vida y costumbres”. Así pues, ya pensaron en esto antes que nosotros. Es divertido imaginar su aplicación actual.

Y hoy dos problemas en la escuela.

El primero es la historia de unos niños que cayeron en manos de los padres equivocados, y cómo esos niños van sufriendo penalidades hasta que su vida ya es demasiado complicada. Ni siquiera adiós pudimos decirnos.

El segundo cuenta el momento en el que los papeles del maestro y algunos otros elementos paraescolares sufren un cortocircuito, y el primero pasa a defender frente a los segundos algo que precisamente los segundos deben defender a toda costa. O lo que es lo mismo: pónganse casco, por favor.

Mañana tengo una reunión con una señora inspectora para hablar del desarrollo del proyecto de los Tablet PC. Le pediré el cargador y los bolis de repuesto, el amplificador de la señal wi-fi, y algunas otras cosas. Quizá tras siete meses esperándolo haya suerte.

sábado, 22 de abril de 2006

No sé como me las arreglo pero siempre me toca escribir los días malos de la semana. Nunca me sonríe el azar.

Ayer hice limpieza en un cuarto de la Escuela, y descubrí algunos documentos, fotos, libros, que dan para pensar un buen rato. Biografías de hace 50 años, trabajos de alumnos de hace 35, papeleo del maestro de hace 25 años (economía, programación, etc.). En definitiva, un auténtico tesoro para saciar curiosidades.

Especialmente me llama la atención el leer el tono, el estilo expresivo de esos libros de antaño: cómo ese tono se relacionará, supongo, con toda una forma de vida propia de esa época. Constantes referencias religiosas, gran formalismo (al menos, así lo entiendo ahora) en cada comentario u opinión, etc. Hojeé una biografía de un médico relacionado con la vacuna de la tuberculosis (Dr. Ferrán, creo recordar) y me impresionó el tono elevado, educadísimo, e incluso alejado, que empleaba el autor para referirse al doctor. También fueron curiosas algunas páginas de la biografía de Primo de Rivera.

En la Escuela la semana ha acabado muy bien. He vuelto a disfrutar de preciosos momentos con mis alumnos. Incluso he avanzado en algo en lo que cada día me descubro avances, y placer: utilizar un determinado tipo de experiencias, sentimientos, emociones personales para tratar de transmitir determinadas cosas, especiales también. Por poner un ejemplo, ayer traté de expresarles lo que uno siente cuando ocurre lo que dejé entrever en el último comentario (San Juan de la Peña). Lo mejor es que compruebo que prestan gran atención y que aprecian el esfuerzo que suponer trasmitir algunas cuestiones de una determinada manera.

Dentro de la sabida multitud de salidas y viajes de este trimestre se encuentra el viaje fin de curso a Santander. 2 días. Viable si el número de niños del CRA interesados ronda el 60%. En Ansó hay 22 niños en Primaria. Todos van, incluidos los de 1º. Me parece un signo de autonomía e implicación increíble de los alumnos. Mención especial para los especiales muchachos: considerando el esfuerzo económico que podía suponer el viaje, han ofrecido a su familia las estériles tripas de su hucha para poder acudir a Santander junto a sus compañeros y amigos. Bonito, ¿no?.