miércoles, 21 de diciembre de 2011

APENAS ES MIÉRCOLES.


Sobre hoy apenas puedo contar que ha sido miércoles. Ha sido un muy mal día en la escuela. Después de borrar tres veces lo escrito, me conformo con dos referencias a la maestra Palmira Pla:

“¿Qué sentido tiene la vida si no trabajas por mejorar el mundo en el que vives?"

“El verdadero valor de la escuela reside en la educación de la responsabilidad”

El día veinticuatro, si las crisis y los langostinos se lo permiten (a ustedes, se entiende, no a la Luna, que es ajena a las agencias de calificación), podrán disfrutar de la última luna nueva del año. El cielo estrellado infinito. La precisión astronómica contrasta con el absoluto desorden humano.

2 comentarios:

Chus ProfedeLengua dijo...

Pues quizá hoy podamos ver la Luna aquí, en la otra esquina del norte, cuando vaya con mis hijas a cenar a casa de los abuelos. Les diré que el perro Tastavín en ese preciso instante estará aullando a la Luna, ajeno a los langostinos, a la crisis y al absoluto desorden humano, que no entiende.
Que tengas un buen día.

Kikiricabra dijo...

Hola, Hortensia.

Muchas gracias. Espero que tuvieras también unos buenos días en compañía de tu familia.

El perro Tastavín aporta un impagable punto de sensatez, enseñando a valorar las cosas de la vida con un criterio más racional que el empleado usualmente por los humanos. Desafortunadamente sólo ha aullado una vez, entre sueños. Despierto no le sale.

¿Cúal es la otra esquina del norte?

Un fuerte abrazo.

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