Un viejo que lee novelas de amor, un conductor que queda ciego y desorientado, un viajero que dilapida su vida en dos actos desatinados. Cualquiera podría ser.
Noviembre de dos mil nueve es la fecha temida desde hace varios años. Y según cuentan las emociones, razones había para el temor. Alquilo mi alma. Por horas o meses, da igual.
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