jueves, 11 de junio de 2009

DOS FOTOS MAJAS Y SIGO CON LA TAREA.

Junio es el mes de las ojeras, incluso una vez convertido en marciano (y en ansotano). Por eso, las ausencias escritoras son inevitables (ojalá que sólo fueran escritoras, pues hace semanas que varios libros cogen polvo en la mesilla). Me disculparé con estas dos fotos, que es de lo más bonito y difícil que tengo por ahora: un joven mochuelo, y un gorrioncito molinero (o de canalera, como le llaman en algunos lugares).



2 comentarios:

Joselu dijo...

Me encantan las rapaces nocturnas y tus aportaciones humildes, sin alzar la voz, pero plenas de sentido. Salud.

Kikiricabra dijo...

Hola amigo Joselu.

Las rapaces nocturnas son fascinantes. Por aquí cerca disfrutamos de un búho real al que nos encanta escuchar su ulular en las frías tarde de otoño e invierno (pocos sonidos tan sugerentes e hipnóticos). Mi recuerdo de Peñarroya se acompaña del lastimero reclamo del cárabo que anunciaba la llegada de cada noche. En fin, compartimos otro interés.

Salud.
José Luis.

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