jueves, 22 de enero de 2009

CUATRO IMÁGENES PARA CUATRO RECUERDOS.

Atardecer bañado por la luz de la senda de la Tejería de Ansó, la luz de los sueños.

Lo milagroso y fascinante de lo diminuto únicamente exige mirar atento.

El poder de la literatura: La senda del drago, de José Luis Sampedro, nos hizo admirarlo atónitos.


Grulla coronada, otro ejemplo de la insuperable belleza natural.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Saber mirar el mundo, las cosas, la belleza, nuestro ser... es la más noble de nuestra vocaciones.

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