martes, 12 de agosto de 2008

DE LIBROS VERANIEGOS (E INVERNALES).

Reflejos de la vida que uno quiere. Gracias por la foto, Paula

El olor a librería es algo excepcional para el que ahora escribe. Una fragancia capaz de despertar grandes pasiones y casi equiparable al aroma corporal de mi compañera de viaje. Espero que no sean cosas del marketing, y confío en que tenga más relación con aspectos románticos y sentimentales de los libros y sus lecturas.

Ayer invertí buena parte de mi paga en hacerme con muchas de las obras que había observado recomendadas en algunos foros literarios que he visitado ultimamente. Como siempre, algunos quedarán para otra ocasión, quizá dentro de varios años, pero tengo el compromiso personal de leer la mayoría en lo que queda de dos mil ocho. Ahí va la lista, por si alguien encuentra acertada alguna sugerencia:

- Las Moscas (J.P. Sastre): me acercaré al filósofo existencialista a través de una de sus obras teatrales. Siempre recuerdo que se refieren a él frecuentemente como el último gran sabio.
- El Aleph (J.L. Borges): selección de relatos del autor argentino.
- Los siete pasos hacia el amor (Dalai Lama): sigo buceando por las aguas budistas.
- El libro tibetano de la vida y de la muerte (Sogyal Rimpoché): lo mismo, en este caso escrito por uno de los sabios que ostentan uno de los mayores rangos intelectuales en esta filosofía oriental. Especialmente interesante lo dedicado a un tema evitado en nuestra cultura: la muerte (cap. 14: prácticas para morir).
- Drácula (Bram Stoker).
- Firmin (Sam Savage).
- Los tres Mosqueteros (Alejandro Dumas).
- La ciudad de los prodigios (Eduardo Mendoza).
- Oliver Twist (Charles Dickens).
- El Idiota (Fedor Dostoyevski).
- Ilusiones perdidas (Honoré de Balzac): uno de las piezas más representativas de la Comedia Humana, la descomunal obra de Balzac a la que dedicó su vida, y en la que personajes, lugares, sucesos, se entrelazan y mueven de un libro a otro.
- El niño con el pijama de rayas (John Boyne): con ésta y las anteriores, deseaba poder leer algunas de las novelas más representativas de los últimos tiempos, así como conocer a grandes genios que apenas conozco, como Dickens, Balzac, Dostoyevski o Dumas.
- El Alquimista (Paulo Coelho): esta compra tiene dobles y oscuras intenciones. En todo caso, un tema que me interesa mucho: el de vivir la mejor vida posible.
- Ensayo sobre la ceguera (José Saramago).
- Ensayo sobre la Lucidez (José Saramago): nada que decir. Hay personas a las que escuchar y poder acompañar. Y como esto es difícil, pues hay que leerlas.
- La sonrisa Etrusca (J.L. Sampedro): ¡el maestro!.
- La ciencia y la vida (J.L. Sampedro, Valentín Fuster, Olga Lucas): si a leer a Sampedro y su humanismo desbordante, unimos el aspecto científico que aporta el médico Fuster, imagino que el resultado será fascinante. Conversación entre el escritor y el médico que salvó su vida en el hospital Monte Sinaí de Nueva York.
- Cómo funciona la mente (Steven Pinker).
- El mundo de las palabras. Una introducción a la naturaleza humana (Steven Pinker): Pinker es, al estilo de R. Dawkins, Sagan, Jay Gould, un científico de primerísima línea mundial con capacidad divulgativa mayúscula. En estas dos obras expone muchos de los últimos descubrimientos sobre el último de los enigmas de nuestro cuerpo: la mente y, por otra parte, las conexiones íntimas entre ésta y el lenguaje. Tengo gran curiosidad en lo último puesto que A. Grijelmo, en La seducción de las palabras, hacía constantes referencias a increíbles experimentos en ese campo donde se unen neurofisiología y lenguaje.
En vista del dispendio, y con buen juicio, el librero optó por regalarme El retablo mayor de San Salvador de Zaragoza, de Mari Carmen Lacarra Ducay.

Novelas de ficción, clásicos, ciencia, ensayos, filosofía y humanismo, …, están recogidos en estos libros casi todas las pasiones a las que dedico en los últimos tiempos mis pensamientos.

A partir de mañana, feria del libro de Jaca, donde podremos ver en cuerpo presente y escuchar de viva voz a Eduardo Mendoza y José Luis Sampedro. Gracias Inma.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido..no sabes lo que envidio poder preparar una selección tan larga. Yo no podría con tanto ¡ay!
De los que cuentas tengo en la estantería El Alquimista desde hace días pero parece que no me acababa de atrever con Coelho, me lo pensaré otra vez.
Del Maestro estoy terminando de releer El amante lesbiano y tengo preparado para mi vuelta La sonrisa etrusca...me ha encantado la coincidencia.
Cuando lo veas mírale una vez de mi parte. Y cuéntame que sensación te ha dado (ayer vimos por TV la reposición de una entrevista que le hicieron este invierno y me reafirmo: lo que daría yo por poder conversar con ese hombre tiempo y tiempo.)
Besos.

Anónimo dijo...

ay, cansó con acento. Toy fuera de casa y en este aparato no me aclaro, no me aclaro.

Perdón,

M

Anónimo dijo...

Por favor!, ¿pero cuántas horas tienen un día para ti?

Ufff, algunos de los títulos me parecen imprescindibles, otros no tanto.

Me quedo con José Luis Sampedro, el libro del niño del pijama de rayas, pues no, que me canso un poco.

Pásalo bien,

Besos,
M

Anónimo dijo...

¿vas a poder leerlos todos? yo hice un repaso por mis estanterias, cogí media docena de "olvidados" y solo ha caído uno¡ una sugerencia...cambia el Alquimista, por algo de Galdeano, cualquier cosa. Bon estiu.

Anónimo dijo...

¿Galdeano? menos mal que no te envié a Galdacano o a Guantánamo... me refería, naturalmente a Galeano, Eduardo. Su libro La escuela al revés no tiene desperdicio aunque no trate especialmente de la escuela...

Anónimo dijo...

Hola a los tres, es un placer compartir ideas en torno a los libros.

Lamima, a ver si me explico en una nueva entrada. Casi no pude mirarle por ti, puesto que estuve hipnotizado. Te guardo agradecimiento eterno.

Entrenómadas, M, el tiempo...parece que no existe y es una simple ilusión perceptiva. De cualquier modo, mi novia me tiene un poco abandonado, así que dedico casi todo a dos o tres aficiones, entre ellas la lectura. El niño del pijama de rayas...no tenía idea sobre este libro, si era nuevo o viejo, ni sobre su contenido. En todo caso, muchos de los libros que leo últimamente me exigen un buen grado de concentración, así que entre medio agradezco otras lecturas más rápidas y sencillas. Como paréntesis en la lectura de la charla entre el filósofo y el monje budista ese librito permitió un rato entretenido y una lectura más relajada. J.L. Sampedro...pondré su foto en la cabecera de mi cama.

Maestrojuan, gracias por la sugerencia de Eduardo Galeano. Lo leeré con la próxima dotación presupuestaria. No conozco a Coelho, y las referencias ajenas no sirven para uno en muchos casos. Por eso elegí el Alquimista.

Tres abrazos para cada uno.
José Luis.

Anónimo dijo...

Para añadir a la lista: "Escribir es vivir", una obra de Sampedro en la que hace una especie de repaso de su vida como punto de partida en la explicación de su tarea escritora. El libro recoge el contenido de unos cursos en la Universidad Menéndez Pelayo.

No quedo opción y hubo que comprarlo también.

Saludos.
José Luis.

Anónimo dijo...

También he perdido una tilde en el "quedo".

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